viernes, 23 de marzo de 2012

Medianoche. Era la hora.

"- Se ha enamorado de ella… también –dijo con burla y algunos presentes, superado ya el temor inicial, sonrieron cínicamente. [...]-. Le creía más inteligente, en verdad, pero ha optado por el camino equivocado. Ha antepuesto sus sentimientos a su deber. Aún así, no puedo darle el castigo ejemplar que me gustaría –algunos tragaron saliva-. Pero todos sabemos que su parte de Jinete pugna por salir cada vez con mayor intensidad a medida que se acerca el momento… y no puede luchar contra su destino. La batalla que librará consigo mismo será mucho peor que cualquier tortura que yo pueda infrigirle. Y me encantará ver cómo aniquila a su pequeño amor cuando el ángel que habita en ella despierte y se encuentre cara a cara con el Jinete de la Muerte."


LANHAO, "Medianoche"

I. Miranda

miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Bailamos?

Sin duda alguna una gran historia empieza de casualidad, sin pensarlo y sin proponérselo previamente. En el momento más inesperado se cruzará ante ti ese capricho del, llamémoslo, destino que cambiará todas las reglas. Que te hará querer cambiarlas.

Y éste... éste puede ser un buen principio:

Ella estaba sola una noche más, como otra noche más, pero no la importaba; ya estaba más que acostumbrada a que su vida fuera rutinaria y sólo existieran las cuatro personas realmente importantes de siempre.

Entró en el local con los amigos (los amigos de siempre, claro; y en el local de siempre, por supuesto) y el tequila corrió como tantas otras noches antes. Las mismas canciones que la hacían enloquecer con su rítmico ruido la llevaron al punto álgido de la noche y ella, ajena a todo su día a día, se olvidaba de la rutina con la presteza de un adicto.

Pero el cuerpo no perdona y poco antes de las tres de la madrugada ya estaba haciendo cola en el baño… por tercera vez. Pero aquella vez fue diferente…

Ella se mordía el labio inferior mientras su mirada vagaba entre las miles de gotitas del lavabo y su mente recordaba… ¿Qué era lo que recordaba? No podía estar segura…. Un tribal sobre fondo oscuro… Ni siquiera un segundo duró aquel cruce pero bastó para mantener su mente ebria ocupada.

Cuando salió del baño apenas le daba vueltas a aquello, pero las luces del local se habían encendido y, de nuevo, aquella sensación de confusión apareció al posar la mirada en los ojos de un chico vestido de negro y ojos oscuros.

Era él, estaba segura. Él era el que había disparado sus sentidos hacía escasos minutos.

Él también la miró y el tiempo pareció detenerse a su alrededor como silencios incómodos en conversaciones no deseadas. La mente de ella se libró del estupor repentinamente y, sintiendo como se ruborizaba, cortó el contacto visual y se dirigió con su grupo.

Éstos empezaron a hablar de… ¿de qué? No conseguía concentrarse. Contestaba cuando creía conveniente por simple inercia, no porque realmente estuviera interesada en lo que decían. Pero tuvo que hacerlo: se volvió de nuevo hacia él… Y de nuevo ese nerviosismo al toparse con su intensa mirada clavada en ella… Al cabo de un instante, ella volvió a repetir la acción para asegurarse de que no era ningún espejismo, y ahí estaban sus ojos otra vez. No pudo evitarlo y se le escapó una débil sonrisa que él vio claramente y le devolvió.

En aquel momento ella sabía que ya estaba hecho, que aquella noche no iba a ser como las demás, que él se iba a acercar y…

Una mano en su cintura…

- Vaya juego de miradas, ¿no?

Una sonrisa arrebatadora…

Un colgante con forma de tribal sobre su pecho…

Una cuarta mirada…


JAQUE MATE.