miércoles, 7 de mayo de 2014

Dame una razón para sonreír... Yo te daré mil.

No importan los minutos que pasen.
No importa el "cuanto me ha costado llegar".
No importa todo lo que he tenido que sacrificar.
No importa a quien haya tenido que dejar atrás hasta alcanzarlo.
No importa porque todo lo compensa.
ABSOLUTAMENTE TODO.

Porque todo a su lado merece la pena.
Cada minuto es especial, único e irrepetible.
Dan igual las discusiones, los enfados y los lloros.
Pierden importancia las caras largas que se me quedan mirando mientras me alejo en la carretera.
Solo pienso en alcanzarlo, nada más que en tenerlo entre mis brazos.
Porque nada más importa.
ABSOLUTAMENTE NADA.