No importan los minutos que pasen.
No importa el "cuanto me ha costado llegar".
No importa todo lo que he tenido que sacrificar.
No importa a quien haya tenido que dejar atrás hasta alcanzarlo.
No importa porque todo lo compensa.
ABSOLUTAMENTE TODO.
Porque todo a su lado merece la pena.
Cada minuto es especial, único e irrepetible.
Dan igual las discusiones, los enfados y los lloros.
Pierden importancia las caras largas que se me quedan mirando mientras me alejo en la carretera.
Solo pienso en alcanzarlo, nada más que en tenerlo entre mis brazos.
Porque nada más importa.
ABSOLUTAMENTE NADA.
Bulevar de Marionetas
miércoles, 7 de mayo de 2014
jueves, 14 de noviembre de 2013
martes, 5 de marzo de 2013
Silencio
Se ha ido. Y me mata.
Me ha dejado muerta, vacía y en un pozo sin fondo lleno de lágrimas.
Jamás pensé que la fuera a echar tantísimo de menos. Solo existíamos las dos cuando recurría a ella. Y me consolaba, me mecía, me alegraba, me emocionaba... Pero la abandoné.
Abandoné a mi musa y acabo de darme cuenta del precio que he de pagar, de todo por lo que tendré que pasar si quiero recuperarla.
¿Qué tengo un duende? Lo tenía y no lo valoré en su momento, me reía como si aquello fuera a durar para siempre por el simple hecho de tener el piano en la habitación. Pero no. Está claro que no. Que las cosas no funcionan así. Que la música no es un juego de niños. Que si no la mimas, aunque sea solo unos meses, se va y la pierdes. Y ya puedes suplicar al mundo, que tus manos no van a responder por ti, que las teclas no van a crear el sonido que tú quieras por tu cara bonita.
Que hay que serle fiel y deberle lealtad hasta que se consuma el cuerpo.
Solo espero haberme dado cuenta a tiempo.
Me ha dejado muerta, vacía y en un pozo sin fondo lleno de lágrimas.
Jamás pensé que la fuera a echar tantísimo de menos. Solo existíamos las dos cuando recurría a ella. Y me consolaba, me mecía, me alegraba, me emocionaba... Pero la abandoné.
Abandoné a mi musa y acabo de darme cuenta del precio que he de pagar, de todo por lo que tendré que pasar si quiero recuperarla.
¿Qué tengo un duende? Lo tenía y no lo valoré en su momento, me reía como si aquello fuera a durar para siempre por el simple hecho de tener el piano en la habitación. Pero no. Está claro que no. Que las cosas no funcionan así. Que la música no es un juego de niños. Que si no la mimas, aunque sea solo unos meses, se va y la pierdes. Y ya puedes suplicar al mundo, que tus manos no van a responder por ti, que las teclas no van a crear el sonido que tú quieras por tu cara bonita.
Que hay que serle fiel y deberle lealtad hasta que se consuma el cuerpo.
Solo espero haberme dado cuenta a tiempo.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Un pedazo de tu alma
Algo se rompe.
¿El qué? Es igual. No importa. Pero se
resquebraja.
Un presente, unas ideas, una forma de vida… Tu
alma.
¿Qué más da? Simplemente, de repente, ya no
tienes tantas ganas de seguir adelante. Regresas dentro de tu mente y vagas en
tu nube de imágenes.
Sonríes. Personas. Lloras. Decisiones. Anhelas.
Palabras.
Te queda la sensación de que eres tú el único
en el mundo que recuerdas esos detalles.
Y comienzas a echar de menos casi
violentamente a todo lo que te hace anhelar lo que un día tuviste.
Es saber que ese recuerdo sigue existiendo,
vive a tu lado, y antes, que no podías pasar un día sin saber de él, ahora, sin
más, pasan meses, años, sin mediar palabra sin un motivo aparente. Solo las
diferencias del tiempo.
Tu alma se ahoga un poquito más al darte
cuenta que esos momentos se han acabado y que nunca volverán. Y, resulta, que
cuando vuelven a aparecer, te rompes irremediablemente por dentro.
Quieres volver atrás, pero no puedes. Quieres
gritar, correr a su lado, pero eso no tendría sentido.
Te terminas contentando con escribir algo en
una bonita hoja en blanco. Desahogarte con nadie, con una máquina que no te
juzgará y que obedece tus órdenes sin rechistar.
Amando algo que ya tienes asumido que nunca
amaste. Odiando algo que en realidad no era más que un entresijo de emociones
que no supiste calificar.
Sin saber por qué del todo, te sientes solo. Es
el mismo sitio, pero no el mismo lugar. Y quizás, solo quizás, desearías
recoger un pedacito de ti de esos que tanto querías pasar página, para
recordarte quién eras, de dónde vienes, recordarte que una vez tenías apoyo, un
lugar donde te sentías querido, donde todo tenía sentido. Darte cuenta que, a pesar de todo, eras feliz.
Pero, lo mejor, era recordar esa capacidad
tuya para poner banda sonora a todo instante.
Y, para este instante, esta es mi música.
lunes, 14 de enero de 2013
Pecado
Es como esa desesperación
de querer y no poder, de saber que puedes conseguirlo pero algo
externo a ti lo
impide. Pero sobre todo, ese deseo de libertad que corroe a cualquiera en
cuanto se
siente amarrado...
domingo, 23 de diciembre de 2012
Navidad, qué gracia
En serio,
¿ya? ¿Tan pronto?
¿No me puedes dar ni un día de respiro?
¿Va a ser así siempre?
Tan caótico.
Tan melancólico.
Tan melodramático.
¿Tan mezquinamente tonto por mi parte?
Como si llevara semanas, meses o años.
Da lo mismo.
Es igual de horrible.
Y es solo por unas horas.
Como una madre preocupada por su hijo.
Como una esposa preocupada por su marido.
Como una hija preocupada por su padre.
Como, como, como, como... Te como, que es distinto.
Como una niña tonta enamorada te echo de menos ya.
¿ya? ¿Tan pronto?
¿No me puedes dar ni un día de respiro?
¿Va a ser así siempre?
Tan caótico.
Tan melancólico.
Tan melodramático.
¿Tan mezquinamente tonto por mi parte?
Como si llevara semanas, meses o años.
Da lo mismo.
Es igual de horrible.
Y es solo por unas horas.
Como una madre preocupada por su hijo.
Como una esposa preocupada por su marido.
Como una hija preocupada por su padre.
Como, como, como, como... Te como, que es distinto.
Como una niña tonta enamorada te echo de menos ya.
martes, 18 de diciembre de 2012
Ofensa a las rimas
Más sensible que de costumbre.
Más intensas las sensaciones.
¿Qué más da
si contigo he aprendido a amar?
No es poesía.
No es lo mío.
Son un ir y venir de pensamientos
que se aferran a ti como clavo hirviendo.
Pasar un día sin tu voz.
Sin tu mirar.
Sin esa forma que me vuelve loca de decir...
Shhhh.
Silencio.
No se lo cuentes a nadie.
Sólo te lo comento cuando nadie nos ve.
Y no quiero cuentos
porque, mi amor, no me importa quien nos mire.
Saber que soy tuya
como no lo fui de nadie.
Que sin ti
soy vagabunda entre este mar de luces que tanto odias.
Que sin ti
sangro aceite que me impide deshacerme de ti.
No es poesía.
No es lo mío.
Ya lo sabes.
Sólo espero
que este sueño
nunca acabe.
Más intensas las sensaciones.
¿Qué más da
si contigo he aprendido a amar?
No es poesía.
No es lo mío.
Son un ir y venir de pensamientos
que se aferran a ti como clavo hirviendo.
Pasar un día sin tu voz.
Sin tu mirar.
Sin esa forma que me vuelve loca de decir...
Shhhh.
Silencio.
No se lo cuentes a nadie.
Sólo te lo comento cuando nadie nos ve.
Y no quiero cuentos
porque, mi amor, no me importa quien nos mire.
Saber que soy tuya
como no lo fui de nadie.
Que sin ti
soy vagabunda entre este mar de luces que tanto odias.
Que sin ti
sangro aceite que me impide deshacerme de ti.
No es poesía.
No es lo mío.
Ya lo sabes.
Sólo espero
que este sueño
nunca acabe.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)