sábado, 1 de octubre de 2011

31 Agosto, supongo...

No tengo nada que decir, ya te has encargado tú de dejarlo todo bien clarito.

Amigos. Punto.

Se acabó. Punto.

Pues ya está.

De todas maneras, hay algo que me ronda… ¿Qué es lo que pretendías acabar exactamente?

Quiero decir, vale sí, nos queremos y tal pero… ¿y? ¿Qué había más allá de eso cuando llevamos un mes en un tira y afloja que ninguno de los dos sabía sostener? Yo lo dejaba pasar, como si no me importara en realidad, pero estaba claro que eso sólo era un engaño para no sufrir.

Pero, ¿y tú? Ya sé lo que piensas a eso, hoy te has encargado de responderme esa pregunta. Y ¿sabes qué? No he parado de llorar en ningún instante. Supongo que sería porque veía que el muro que había estado levantado estaba siendo bombardeado a lo bestia por tus palabras y se derrumbaba sin que pudiera hacer nada. Y es que sabes que estoy a tu merced, sabes que en cuanto quieras me puedes hacer daño, pero también sabes que me puedes hacer la mujer más feliz del mundo.

Y eso, Petit Príncep, me lo has demostrado durante este verano.

No tengo nada más que decir, ya te has encargado tú de dejarlo todo bien claro.

Amigos. Punto.

Se acabó. Punto.

Pues ya está.



Pero…

PD: Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario