Vuelvo a sonreír, tranquila, relajada. Feliz por lo que hago. Contenta de saber que, después de tanto esfuerzo, ha merecido la pena y ahora SÉ que este es mi lugar, que no hay otro para mí. Y es que ahora me siento en paz, por decirlo de alguna manera. Sin preocupaciones, en espera de un futuro prometedor que está a la vuelta de la esquina. Porque, mágicamente, las cosas no han terminado saliendo tan mal como esperaba y ahora lo único que queda es dejar que pase el tiempo, que él ya pondrá a cada uno en su lugar (o eso espero).
Sólo quiero que sepas que, al igual que yo estoy así, deseo que tú también lo estés.
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